martes, 8 de mayo de 2007

Gente del Savoy

Eché una ojeada a mi alrededor y vi a los otros perdedores que se arrastraban por el club: Tras la barra, Ernie existía desde que él mismo creó el oficio de camarero. Se dice que fue Ernie el que sirvió la última cena. Era ante todo un profesional como la copa de un pino. Un día entró un atracador y entre golpe y golpe Ernie le ofreció una copa y le dio palique. Un profesional. Era la persona a la que todo el mundo vomitaba su miseria y él la aceptaba estoicamente, y la recordaba. Usaba lo que sabía de otros para aconsejar a los clientes. Nunca dijo nada de su propia vida. Lo sabía todo de todos, menos su propia dirección, sexo y estado civil.

Jack, con tanto humo dentro como fuera, cansado de batallar y con una filosofía de la vida que cabría en una servilleta. Cuando Jack abría la boca para escupir su opinión (muchas veces pienso que Jack no tenía opinión, sino sentencia) todos los que le conocíamos cerrábamos la nuestra, por miedo a que sus palabras llegaran al cerebro sin diluir y morir de una sobredosis. Era un perdedor entre los perdedores. A Jack le habían llegado a quitar hasta lo bailado, y varias veces. Se intentó suicidar varias veces sin conseguirlo. Decía que el sino de un perdedor como él era perder hasta con la muerte.

Elle estaba sentada fumando. Era la típica mujer capaz de pedirte la luna para usarla simplemente como cenicero. De pechos generosos, pelo rubio, pequeña estatura, sonrisa amable y mohín de niña buena que sacaba solo cuando quería algo de tí, era una niña mimada y ácida que usaba los limones para endulzar el café. Elle ignoraba su propio cinismo: te destrozaba verbalmente para después preguntarte si querías acostarte con ella y acto seguido recriminarte el hecho de no habérselo preguntado tú. Era una mujer tan compleja que para pedirle la hora necesitabas saber resolver ecuaciones diferenciales. Nadie sabía muy bien en que trabajaba. En general, muchas cosas de ella eran oscuras y desconocidas.

Junto a Elle estaba sentada Suzzy. Suzzy era puta. Se podría decir más fino, pero entonces no estaríamos hablando de Suzzy. Era puta por ocio y por negocio. Tal y como ella solía decir: "La comadrona tuvo problemas para sacarme porque ya venía con las piernas abiertas". Se acostaba con cualquiera por dinero y con todos por placer. Yo también estuve entre sus piernas (de hecho creo que toda la ciudad estuvo entre sus piernas) y puedo decir que realmente era una profesional del sexo. Tras pasar por sus manos sabías que te habían hecho un buen repaso, y que tendrías agujetas hasta en las pestañas durante 3 semanas. Pero además era una persona divertida y alegre. Nadie entendía qué hacía ella en el Savoy. Sus risas (habituales) sonaban casi como una blasfemia en el templo del Dios de los amargados del Savoy. Estar con ella te garantizaba una noche de deporte extremo en la cama y una sesión del club de la comedia.



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Escrito por: Folixeru


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2 comentarios:

El guaje dijo...

"Se acostaba con cualquiera por dinero y con todos por placer."

A esa me gustaría conocerla a mí ;-)

n1mh dijo...

"entre golpe y golpe Ernie le ofreció una copa y le dio palique"

muy bueno... pero llevas uno de menos ;)